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Minera en Sapadril: devastación y violencia anunciada

Escrito por Lucía Vijil Saybe

Agregados del Caribe S.A. de C.V. (AGRECASA) es una empresa dedicada a la extracción de material pétreo en la Cantera Sapadril, ubicada en el municipio de Puerto Cortés, en el departamento de Cortés, norte de Honduras. Desde 2004, la empresa comenzó a operar una concesión minera no metálica a cielo abierto, pero ha enfrentado múltiples conflictos con las comunidades locales debido a los daños ambientales que ha provocado. Distintos informes técnicos publicados en el 2024 constatan los impactos de la actividad extractiva como la contaminación de ríos, deforestación, desplazamiento de fauna y problemas de salud en los habitantes cercanos, relacionados con el uso de explosivos y la mala gestión de residuos.

En el año 2024, dicha concesión fue suspendida debido a situaciones que se describen más adelante con detenimiento, relacionadas con daños ambientales, el vencimiento de licencias y uso desmedido de recursos hídricos). En ese marco, las comunidades afectadas han bloqueado carreteras en varias ocasiones exigiendo el cierre definitivo de la mina, denunciando los impactos en la flora, fauna y salud pública. Este escrito hace una reflexión sobre los impactos de la actividad minera a cielo abierto, la discusión sobre la violencia ecológica y, además, establece puntos de atención para la gestión de la conflictividad socioambiental.

Ubicación de AGRECASA desde Google Maps.

Contexto

AGRECASA es una empresa dedicada a la extracción, trituración y comercialización hacia Estados Unidos de material pétreo, arena, grava y piedra extraídas de la Cantera Sapadril (tomo IV). Es una concesión minera no metálica a cielo abierto, ubicada en Puerto Cortés.

La fecha de ingreso de la concesión a la Secretaría General fue el 23 de agosto del 2004 y su representante legal es Marshall Kent Zoll. De acuerdo con la Declaración Anual consolidada del 2023, en la empresa laboran un total de 158 empleados permanentes y 262 temporales, de los que 152 son locales y 6 nacionales: 80 son hombres y 68 mujeres.

Las comunidades aledañas a la mina son Brisas de Tramade, Sapadril Arriba, Sapadril Abajo, La Unión 1, La Unión 2 y Treinta de Enero. En la zona de influencia de la mina se encuentran 3 cuerpos de agua: Río Sapadril, Quebrada Brisas del Mar y Río Medina.

Hechos relevantes sustraídos de forma literal de los expedientes:

  • El derecho minero (código 215) fue otorgado por tiempo indefinido, bajo resolución 003/04/05, para un área de 1000 hectáreas. La licencia ambiental 075-2019, categoría 3 – II, que fue otorgada bajo resolución No. 0175-2019, por parte de la Secretaría de Recursos Naturales, venció en enero del 2024 (folios 38 – 45 de la PS – DAC – 2024).
  • Todo proyecto minero requiere de fuentes de agua para su funcionamiento y este no es la excepción. AGRECASA tiene asignada una Contrata de Aprovechamiento de Aguas Nacionales a la Quebrada Brisas del Mar, de acuerdo con la resolución No. 951-2021. Esta Contrata venció en septiembre del 2022 y fue solicitada su renovación el 11 de agosto del 2022. El agua extraída de la quebrada es bombeada hacia 2 tanques clarificadores y, posteriormente, a un tanque al que llega el agua sin sedimento, el volumen de esos tanques es de 701,429.47 galones. De la quebrada son extraídos 54,000 galones por día, lo que se utilizan en su totalidad, más los 701,429.47 galones, para un período de operación de la planta de 15.53 horas, lo que equivale a 60,000 galones por hora (SERNA Resolución 951-2021).
  • AGRECASA solicitó a la Secretaría de Defensa (SDN no. 167-2023) la autorización de importación, compra local y directa, traslado, manipule y uso de material explosivo comercial en los períodos de noviembre del 2023 al noviembre del 2024. El permiso otorgado en la resolución No. 020-2023 venció en enero del 2024 (folio 59 al 60 de la PS-DAC-2024). Aún se encuentra sin registro en el Instituto Hondureño de Geología y Minas (INHGEOMIN) de la renovación.
  • El 13 de mayo del 2024, la Dirección de Evaluación y Control Ambiental (DECA) indicó que del 22 de mayo al 24 de mayo del 2024 se realizará inspección de campo a la Cantera Sapadril. Esta solicitud, de acuerdo con el reglamento del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental (SINEIA), informa a las instituciones la conformación de una comisión interinstitucional que visite el predio de la mina. Instituciones como la Secretaría de Recursos Naturales (SERNA), Secretaría de Salud (SESAL), Procuraduría General de la República (PGR), Comisión Permanente de Contingencias (COPECO), Municipalidad de Cortés, Comunidad, DECA, entre otras.
  • El 24 de mayo del 2024, AGRECASA notificó a DECA información sobre Certificados de Recolección de Residuos, permisos de operación de bombas de patio, plano de volúmenes de lagunas de captación, hojas de datos de seguridad con los químicos utilizados e informe social 2023. Lo relevante es el informe social del 2023, en el que AGRECASA notifica que parte de sus objetivos son el cumplimiento legal y responsabilidad social, desarrollo sostenible y fortalecimiento de vínculos. Para el 2023, esta empresa había donado L 2,080,128.84. a la comunidad, en términos de celebraciones de fechas especiales, alumbrado público, calles, mobiliario en centros educativos, entre otros (Foto 1 en Anexos. AGRECASA. Informe de Proyección Social. P 2) .
  • Luego de la visita de la Comisión Interinstitucional, COPECO informó sobre daños ambientales. En el apartado sobre explosivos indica que la empresa utiliza Anfo Agente de voladura a base de nitrato de amonio tipo prill, mezclado con combustible. “Una vez detonado el explosivo, se genera una gran concentración de gases nitrosos, considerados como tóxicos y que terminan afectando la calidad del aire”. El uso del ANFO en campos abiertos, produce material particulado, el que se considera uno de los contaminantes atmosféricos con impactos en vegetación, materiales y la humanidad. Asimismo, los hallazgos de la inspección se resumen en: i) la cantera no cuenta con perímetros que delimiten sus instalaciones y las viviendas se encuentran cerca del plantel, ii) las lagunas de sedimentación no son impermeables y habilitan en tiempos de lluvia la contaminación directa al Río Sapadril, iii) por el uso de dinamita, existe daños a las viviendas, iv) plantel sin señalamiento y v) contaminación acústica. (Foto 2 y 3 en Anexos. COPECO. Informe Técnico de Evaluación de Daños. 5 de junio del 2024).
  • El informe técnico de la SERNA, luego de la visita de la Comisión Interinstitucional, indica en sus hallazgos que las 31 medidas consideradas para el proyecto y su funcionalidad, no son efectivas para cumplir con el objetivo de preservar, restaurar y conservar los recursos naturales. En el punto 9, la empresa afirma que “no hay especies de interés en la zona que tengan que tomar en cuenta para su protección”. Un punto importante son los deslizamientos de tierra y la contaminación visual que implica la remoción de especies. Algunas personas de la comunidad han documentado videos específicos sobre desplazamiento de especies, monos alejados de sus entornos y deambulando luego de las grandes explosiones con dinamita[1]. (Foto 4 en Anexos. SERNA. Memorando No. DGRH-167-2024. Informe técnico sobre opinión técnica a solicitud de apoyo a SINEIA del expediente 06-C-2009 Cantera Sapadril. 30 de mayo del 2024).
  • La Secretaría de Salud entregó un informe sobre el estado de salud de los habitantes de las comunidades aledañas a la concesión minera (Oficio No. 963-UVS-2024). Se visitó un total de 177 viviendas y en las que habitaban 831 personas. Los resultados relevantes son: i) en la visita se identificaron afecciones dermatológicas (181 personas) como dermatitis y respiratorias (174 personas) relacionadas con resfriados, asma y bronquitis, ii) se identificaron afecciones auditivas (hipoacusia y otitis en relevancia) y trastornos mentales (ansiedad, nerviosismo y depresión) y, iii) el 75.7% de las viviendas presentaron fisuras por explosión. Las observaciones finales de la Secretaría de Salud presentan la relación entre el polvo generado con la mina y las enfermedades respiratorias presentes en las personas, los ruidos originados por la empresa están relacionados con las enfermedades auditivas, los trastornos mentales son desencadenados por ruidos, explosiones y movimientos de maquinaria. De hecho: “la ubicación de la mina es una extensión del área urbana de Puerto Cortés, por lo que es incompatible con la salud pública de las comunidades”. Y, de acuerdo, a los artículos 54 y 55 del reglamento de Salud Ambiental, “se concluye que la mina no debe operar en el lugar donde está ubicada actualmente”. (Foto 5 en Anexos. Fuente: SESAL. Oficio No. 963-UVS-2024. Evaluación del Estado de Salud en habitantes de las comunidades aledañas a la concesión minera Sapadril – Agrecasa. 3 de junio del 2024).
  • Luego de los distintos informes presentados por la intitucionalidad, mediante resolución No. 151/2024 se declaró procedente la suspensión de las actividades mineras el 9 de mayo del 2024. Sin embargo, El INHGEOMIN a través de la resolución SG-262/2024 se pronunció sobre un recurso de reposición interpuesto por AGRECASA a dicha suspensión de actividades, en el cual la empresa solicitó autorización carácter urgente para el acarreo y posterior exportación de material de piedra triturada que se encuentra en el plantel de la empresa a fin de evitar que por las lluvias se pueda generar escorrentías que lleguen a los afluentes de agua cercanos a la carretera Sapadril. La autoridad minera indica que AGRECASA presentará un plan de remediación “donde se incluya mejoras en temas de drenaje superficial, cunetas e infraestructura receptora adecuadas, controles de niveles y excedencias ante eventos hidrometeorológicos de altas precipitaciones no esperados, alturas máximas, protección de taludes, impermeabilización mediante geomembranas de acuerdo a estándares de los depósitos de colas, procedimientos de Monitoreo continuo a nivel superficial y uso de piezómetros (subterráneo) en los niveles de la laguna de lodos y controles de contaminantes, instrumentaciones a incorporar como inclinómetros y proyecciones de su vida útil, estructuras que eviten la formación de cárcavas, mejorar la capacidad en contener la generación de agua con finos”.

Asimismo, indica que: “El plan de remediación de los cuerpos de agua, ríos Sapadril, Río Brisas del Mar y Río Medina presentados por AGRECASA, representan un punto de partida, sin embargo, es necesario, a partir de los puntos presentados, considerar el impacto de la remoción de sedimentos en la dinámica fluvial y estabilidad en los bordes del río. Así mismo, el lavado a presión no garantiza la remoción de concentración de metales pesados como el Manganeso y Calcio”. A pesar de esos dos argumentos y que los planes de remediación con están presentados en su totalidad, INHGEOMIN autoriza a AGRECASA, para el acarreo y posterior exportación de material de piedra triturada que se encuentra en el plantel.

En ese contexto, luego de la suspensión de la concesión minera por los daños constatados en los informes enunciados previamente, el vencimiento de la contrata de aguas y el incumplimiento por parte de AGRECASA, en relación con la contaminación ambiental generada, entre 2010 y 2024 se registraron varias manifestaciones públicas y tomas de carretera relacionadas con este conflicto.

En mayo de 2024, las comunidades bloquearon la carretera hacia Puerto Cortés, exigiendo la suspensión de las actividades mineras de AGRECASA, debido a la contaminación y daños ambientales. La protesta fue reprimida violentamente por la policía, con varios manifestantes heridos[2]. También, en julio de 2024, los pobladores bloquearon nuevamente la carretera que conecta Puerto Cortés con San Pedro Sula, exigiendo el cierre definitivo de AGRECASA debido a los daños que la minería causaba en la flora y fauna de la región[3].

A lo largo de los años, las demandas de las comunidades que han participado en manifestaciones contra la empresa AGRECASA en Puerto Cortés, han girado principalmente en torno a problemas ambientales, económicos y sociales. Han sido enfáticos en temas de salud, y lo que está generando en términos de afectaciones en la piel, picazón al contacto con el agua y la contaminación sonora.

Algunas de las demandas más recurrentes incluyen:

  1. Cierre definitivo de la mina AGRECASA. Las comunidades locales han acusado a la empresa de causar daños irreversibles a la flora, fauna y cuerpos de agua de la región, como los ríos y la reserva Sapadril.
  2. Los manifestantes han reclamado la restauración de los ecosistemas afectados por la actividad minera, exigiendo que la empresa repare los daños ambientales y detenga la deforestación que ha alterado los recursos naturales esenciales para la subsistencia de las comunidades.
  3. Las comunidades también han pedido al gobierno hondureño que intervenga y regule de manera más estricta las concesiones mineras, señalando la inacción de las autoridades ante los impactos ambientales y sociales que ha causado la minería. Asimismo, de la responsabilidad de la Alcaldía de Puerto Cortés en el entramado para habilitar la operación de la minera.
  4. Las comunidades han denunciado la intromisión de la Cámara de Comercio como “mediador” en el marco del conflicto. Es decir, AGRECASA en conjunto con volqueteros y otros actores, han presionado a la Municipalidad de Cortés para continuar con la extracción de material y así cumplir las medidas de mitigación en la propia zona de concesión.

Estas demandas muestran la tensión entre los escenarios extractivos que han instalado narrativas de “desarrollo” y lo que representa realmente para las comunidades. De hecho, este caso en concreto, es la manifestación cruda de la continuidad de la “consolidación y expansión del modo de producción capitalista que, durante los siglos XVII y XVIII, comenzó a conducir las prácticas extractivas hacia la explotación de recursos naturales con fines comerciales y, posteriormente, de exportación. Es decir, el análisis se centra en el paulatino abordaje que las reglas del mercado capitalistas impusieron sobre los modelos de explotación de los recursos naturales”[4].

Centraremos este análisis utilizando las categorías planteadas por Eduardo Gudynas[5] sobre las aproximaciones del extractivismo en su modalidad global. El autor indica que el extractivismo implica: a) un alto impacto ambiental (minería a cielo abierto, ganadería, represas o agroindustria), b) volumen de extracción (mochila ecológica) y c) intensidad de la extracción (ecotoxicidad, uso irracional de agua y energía).

Sobre el impacto ambiental, los informes técnicos presentados entre los meses de mayo y julio el 2024, han constatado la afectación a grandes áreas de bosque (deforestación), desplazamiento de especies a otras zonas, exposición de partículas contaminantes en el aire y fuentes de agua que son interceptadas para uso de la AGRECASA. El volumen de extracción está íntimamente relacionado con el número de horas de trabajo y que la concesión estaba otorgada de forma indefinida y sobre la intensidad de la extracción, es lo referido al uso de otros bienes comunes (como el agua) en grandes proporciones para asegurar la explotación de la mina.

La presión excesiva sobre la tierra y, por ende, sobre las comunidades cercanas al proyecto está representando daños a la salud complejos de forma física y mental, agudización del conflicto (este último año por las represiones y persecución a los liderazgos de la zona) y una devastación ecológica sin precedentes. AGRECASA, continúa extrayendo material sin puntos de control, afirman miembros de la comunidad.

Sobre la violencia ecológica

Cada una de las distintas modalidades extractivas en el país alteran claramente la dinámica ecológica del espacio. Por eso, desde la ecología política se retoman los enfoques que entre el conflicto plasman la violencia ecológica. Algunas de las preguntas para la reflexión:

Tabla 1. Aproximaciones a la violencia ecológica

PreguntaVariables a considerarAGRECASA
¿A qué dinámica económica está respondiendo este tipo de extractivismo?

Identificación de fuentes de financiamiento de la acción extractiva, actores relevantes de promoción y relaciones de ganancias establecidas.

Al final, la dinámica económica con la que se responde como extractivismo (procesamiento de materias primas, transformación, generación, etc.), impactará de forma distinta al ecosistema.

Todo el material que es extraído se exporta a Estados Unidos. Entonces, responde claramente a intereses de dinámica global.
¿Qué narrativa justifica esa modalidad extractiva?Usualmente los proyectos extractivos asumen una narrativa de “generación de empleo”, “reducción de pobreza” y “trabajo para las comunidades”.AGRECASA ha sido enfática en la forma en que genera empleo y contrata a las personas habitantes de la comunidad. Sin embargo, hay dos temas relevantes: i) condiciones laborales (Se han documentado manifestaciones por temas de pago de salario y respeto a los derechos laborales), y ii) el empleo como una estrategia clásica de las empresas extractivas para legitimarse en el espacio geográfico.
¿Qué otras especies se encuentran en ese territorio? y ¿qué daños ambientales se identifican?Las comunidades conocen muy bien el entorno que les rodea. Eso implica dimensionar la cantidad diversa de especies en su hábitat y los cambios que se han generado luego de la instalación de la actividad extractiva.Los vecinos de la comunidad han documentado la forma en que monos, aves y otros mamíferos se acercan a sus casas luego de las detonaciones de explosivos o producto de la deforestación que deja sin hogar a estas especies. Se les ha visto desorientados y caminando de forma distintas. Aducen que es por golpes o afectaciones a sus oídos.
¿En la apuesta desde la organización comunitaria existe un reconocimiento a la dimensión ecológica?Cada organización territorial posee demandas sobre su apuesta por el desarrollo desde sus intereses. Es importante identificar los elementos que rescaten la dimensión de la Naturaleza como sujeto ambiental. Es decir, más allá de una plena satisfacción de las necesidades humanas.Las comunidades han sido claras con los impactos en términos de salud y conflicto entre algunos actores sociales, sin embargo, la demanda y preocupación por el cerro y las montañas alrededor de la concesión y lo que ha pasado hasta ahora con la Naturaleza, es sin duda, un esbozo complicado de lo que realiza la minería a cielo abierto.

Puntos para la reflexión

  1. En el contexto mundial por la presión sobre los bienes comunes, resulta complejo entender la forma en que los gobiernos continúan autorizando concesiones por tiempo indefinido. La contradicción surge cuando otras instituciones, indican que el espacio donde opera AGRECASA NO ES COMPATIBLE CON LA SALUD HUMANA (informe de SESAL). Mientras, los reportes de SERNA indican que las medidas para la protección de otras especies no son suficientes.
  2. Las manifestaciones de las comunidades han sido enfáticas en términos de solicitud de cancelación definitiva de la concesión minera y de demanda de resarcimiento de los daños ambientales y comunitarios producidos por la acción extractiva. Un punto importante, es que el acceso a información ha estado gestionado por las comunidades.
  3. Por la zona geográfica, este conflicto, en específico, tiene un alto grado de violencia ecológica justificado por la narrativa del “desarrollo” y “empleo”, además, del uso del agua que pareciera infinito. Las implicaciones del desplazamiento de especies, el uso inadecuado de las fuentes de agua y la deforestación, lo único que generan es mayor impacto a las comunidades y especies, sin capacidad de retorno a su estado original. La atención del conflicto requiere de soluciones integrales por la magnitud del daño, atendiendo las demandas ciudadanas, no guiadas por las presiones de los empresarios de la zona.
  4. Con toda la evidencia sobre los daños generados por la mina, la autoridad responsable continúa accediendo a permisos graduales de exportación de material, exponiendo a la comunidad a las consecuencias que deja una operación minera sin los planes de remediación aprobados y autorizados.

En este nivel de avance del conflicto, es importante que las autoridades tomen la decisión política de cancelar por completo la concesión minera a AGRECASA. Las preguntas que quedan en el escenario son:

  • ¿No es suficiente la prueba y la denuncia desde las comunidades, en términos de salud, devastación ambiental y mala práctica empresarial sobre el manejo de desechos?
  • ¿Cuánto tiempo más se esperará para hacerle justicia a todas las comunidades humanas y de especies?

[1] Relatos en visita a campo. 29 de julio del 2024. Equipo de CESPAD.

[2] Más información: https://contracorriente.red/2024/05/17/comunidad-en-puerto-cortes-exige-cese-de-explotacion-minera-el-gobierno-responde-con-represion/

[3] Más información: https://www.elpais.hn/amanece-tomada-la-autopista-de-puerto-cortes-a-san-pedro-sula/

[4] Castañeda Olvera, D. R., (2024). Extractivismo, neoextractivismo y despojo extraheccionista. Intersticios Sociales, (27), 5-39. https://doi.org/10.55555/IS.27.531

[5] Gudynas, E. Extracciones, extractivismos y extrahecciones. Un marco conceptual sobre la apropiación de recursos naturales (Montevideo: Observatorio del Desarrollo, Centro Latinoamericano de Ecología Social, 2013).