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La Matriz de Evaluación, la última carta de la JN antes de remitir la nómina de los aspirantes a magistrados al Congreso Nacional

Escrito por: René Estrada

La Matriz de Evaluación Técnica (MET), es el instrumento en el que se vaciarán todas las calificaciones obtenidas por los postulantes durante el proceso de preselección de los aspirantes a magistrados y magistradas realizado por la Junta Nominadora (JN). Sin embargo, existe la preocupación de que se convierta en una herramienta con criterios subjetivos y que se preste para beneficiar a aspirantes vinculados a partidos políticos o grupos de poder.

De acuerdo con lo que establece la Constitución de la República, el 23 de enero la Junta Nominadora debe entregar al Congreso Nacional (CN), la nómina de al menos 45 candidatos para la elección de la Corte Suprema de Justicia 2023-2030. Pero, antes de la conformación del listado, la JN debe cumplir con una última etapa en el proceso, el llenado de la Matriz Técnica de Evaluación de cada autopostulante.

¿Qué evalúa la Matriz?

La Matriz de Evaluación Técnica valora tres criterios: la integridad personal y profesional; la ética profesional, y la idoneidad y capacidad técnica. Estos aspectos, que han sido evaluados durante todo el proceso de selección de las y los candidatos a la CSJ, contienen apartados independientes que determinan el puntaje final que recibirán las y los postulantes.

Integridad personal y profesional

En cuanto a la integridad personal y profesional, la MET valora dos aspectos: la buena conducta personal y profesional, y la estima gremial. Respecto al puntaje, en esta categoría los postulantes pueden obtener un 25% del total.

En este apartado se enfatiza en los reconocimientos públicos vinculados a la trayectoria y al análisis de las repercusiones de sus actuaciones profesionales.

Sobre la ética profesional

El criterio relacionado con la ética profesional es el único de los tres, con carácter cancelatorio. Es decir, en caso de que quienes aspiran a convertirse en magistrados incumplan con algunos de los criterios de selección relacionados con la ética, automáticamente quedarán eliminados de continuar en el proceso.

Eso significa que los postulantes con cuestionamientos directos a su ética profesional, no podrán ser considerados en la nómina que la JN presentará al Congreso Nacional.

Idoneidad y capacidad técnica

El último inciso, idoneidad y capacidad técnica, es el requisito que tiene el mayor porcentaje asignado, con 55%. En este apartado se evalúan los méritos académicos y profesionales, la trayectoria profesional y los conocimientos jurídicos de las y los profesionales del derecho. Para el llenado de este apartado, según indica la MET, se valorará el desempeño de los y las aspirantes en las entrevistas públicas y los expedientes presentados ante la JN. Asimismo, se ponderará el resultado obtenido en la prueba de conocimientos jurídicos.

Sin embargo, la valoración que la Junta Nominadora le dé al criterio relacionado con la ética profesional es lo que genera el interés de la ciudadanía, especialmente porque más de 30 postulantes tachados y denunciados continúan en el proceso.

Exigir ética para garantizar independencia

De acuerdo con la abogada Osiris Payes, del Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), el criterio más importante de la MET, para garantizar la independencia e imparcialidad que se debe mantener en el en el Poder Judicial, es la ética profesional.

Para Payes, analizar la conducta profesional de los aspirantes es imperativo porque “las prácticas que han desarrollado de forma independiente, como jueces o fiscales, y, sobre todo, por la forma en cómo han trabajado el ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales, son el ejemplo de cómo se va a mantener la independencia judicial de esos postulantes”.

Cabe recalcar que, además, la JN debe tomar en consideración los parámetros establecidos en el Código de Conducta del Servidor Público y los códigos establecidos en lo interno del Poder Judicial.

El impacto de las tachas y denuncias en la evaluación de las y los aspirantes

De los 82 aspirantes a magistrados y magistradas de la CSJ que serán evaluados con la Matriz de Evaluación Técnica, 35 recibieron tachas y/o denuncias, una situación que según María Elena Sabillón, secretaria de la Junta Nominadora, tendrá un impacto directo en su evaluación, específicamente en el criterio de la ética profesional.

De acuerdo con Sabillón, pese a que las tachas y denuncias presentadas en contra de los aspirantes hayan sido declaradas sin lugar, si es demasiado fuerte y la JN lo estima pertinente, el postulante no formará parte del listado de los 45 que se presentará ante el Congreso Nacional, cumpliendo así el criterio cancelatorio que establece la MET.

El desafío de cumplir con la paridad de género

Otro aspecto importante de la Ley para el funcionamiento de la Junta Nominadora (Decreto 74-2022) que debe ser tomado en cuenta durante el momento de presentar la nómina, es la paridad de género.

Conforme al artículo 21, para el llenado de la MET la JN debe dividir a los postulantes en dos grupos conformados por mujeres y hombres, para que la lista de candidatos se integre por al menos 23 mujeres.

Sin embargo, de acuerdo con las declaraciones de Sabillón, sólo 30 mujeres continúan en el proceso. De ese número, al menos 10 recibieron tachas y/o denuncias. Por lo que, el cumplimiento de este apartado dependerá de las variaciones de la JN en el pleno.

El riesgo de una evaluación subjetiva

Si bien, la MET cuenta con sus fuentes de verificación para cada criterio, la evaluación de cada requisito dependerá de las valoraciones que brinden los siete sectores que integran la Junta Nominadora. Por ende, es importante que la JN se tome el tiempo para evaluar detenidamente el expediente de cada postulante, verificando la hoja de vida y los resultados de la entrevista pública, para valorar el inciso de idoneidad profesional de la Matriz.

Asimismo, es obligatorio que las negociaciones de la JN para el llenado de la Matriz cumplan con los principios de publicidad y transparencia, para garantizar la objetividad y el escrutinio ciudadano, que son claves para minimizar los riesgos de subjetividad que tiene el proceso.