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El 27 de enero de 2022 tomó posesión de la presidencia de la República Xiomara Castro, en medio de un contexto complejo, marcado por el fin de 12 largos años de los gobiernos autoritarios y corruptos del Partido Nacional, y, por ello mismo, con la esperanza de amplios sectores de la población por cambios sustantivos para enfrentar los principales problemas heredados del régimen anterior y de las múltiples fracturas que históricamente han marcado al país.
Como norma general, el fin de todo régimen autoritario produce una “explosión” de demandas y manifestaciones sociales que pudieron estar contenidas debido a la represión gubernamental o por el temor de sectores vulnerables a expresar su descontento. Sin embargo, en el caso de Honduras, la protesta social no estuvo ausente durante los gobiernos del Partido Nacional1 . Es más, sin estas protestas y el pleno convencimiento en amplios sectores de la ciudadanía de la necesidad de un cambio político, hubiese sido imposible el contundente resultado de las elecciones de noviembre del 2021, a favor del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) y de la alianza de oposición.
El propósito de este informe es caracterizar la conflictividad social que se generó entre el 27 de enero del 2022 y el 30 de diciembre del 2023, es decir, en los 23 meses de gobierno de la presidenta Castro. Para ello analizaremos los hechos de protesta, las demandas, los actores, los repertorios de lucha y la cobertura departamental, con el objetivo de problematizar esta conflictividad, determinar tendencias y proponer recomendaciones para su abordaje en clave democrática.
